Hola!!!

Los amigos están ahí, como pintados en la pared, y cada vez que pasas por ella recuerdas que así como pintaste la amistad en el muro de tu vida, solo basta con la pintura blanca para comenzar de nuevo.
Hay unos amigos tan fuertes que se esculpen en las paredes de tu vida, y hay que invertir tiempo y esfuerzo para poder borrar las cicatrices de su amistad. Hay otros amigos que se tatúan en tu piel, esos son los que siempre estarán ahí, duele borrarlos de la piel y el corazón, esos son los verdaderos amigos.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Mi Vida, Cine

Me levanto en la mañana y comienzo mi rutina normal, pensando en que me sucederá hoy. Cuando algo me sucede, empiezo a sentir que mi vida es como una propaganda de TNT, mi mundo se convierte en una película y quiero ser yo quien la filme y la haga corto. Y cuando leí la frase de Morin, “El film se ha lanzado, cada vez más en un alto, hacia un ciclo de sueño, hasta el infinito de las estrellas” siento que realidad mi vida, el momento que tengo, lo gravo en mi vida e inmediatamente pienso es su producción, como guionisar ese instante, en que plano quiero poner esa escena… considero tener una catarsis y sentir que mi vida Cine.

Desde que comprendí lo grande y magnifico que puede llegar a ser el cine, todos los días después del día aquel en que realice mi primera animación (una animación de galletas) y de lo cómoda y feliz que me ciento con una cámara capturando momentos, y convertirlos en un producto que después pasara por el trabajo no fácil de la edición, me siento feliz.

Y es que aún recuerdo la emoción que sentí al ver mi primera película conscientemente, Cinderella de Disney, quería ponerme los zapatitos de cristal y bailar toda la noche con un príncipe azul. La emoción era tan grande que recuerdo que dañe un betamax (mis primera películas fueron en betamax) de tanto repetir y repetir la misma película en promedio unas 30 veces. Luego vino Pocahontas y un sinfín de musicales Disney. Y es que como no gozar esas películas, si cada vez que mudaba un diente o cada vez que sacaba una buena nota en el colegio, mis papas y yo íbamos al puente de la Guadalupe con autopista, y debajo de ese puente, un señor les vendía las películas a mis papas. Soy feliz de decir que el Ratón Pérez me regalo arte y no dinero. Y si me regalaban el libro o el cuento de la película, y yo no la había visto, me enojaba con mis padres y alegaba porque lo que yo quería era mi VHS o mi Betamax con la película que me estaban regalando en cuentos... siempre rogue por la parte visual y en ocasiones, mi capricho era consentido.

En esa época, era lo máximo ir a cine en el teatro de san Fernando, cuando a mi colegio llegaban unos papelitos promocionando películas gratis para los niños, y siempre asistía con mi papa, mi hermana o mi prima, pero iba, no me perdía ninguna; para mi ver una historia ahí, era lo máximo, soy de las pocas niñas, que puede asegurar que no se durmió viendo Hércules a los 8 años y no se durmió en la sala de cine y lo digo porque el día que me la fui a ver con unas compañeras ellas se durmieron y yo no, me acuerdo tanto del intermedio donde transmitían a la muñequita lo mas de simpática con unas crispetas en la mano. Y es que los momentos, todos los momentos que he pasado en una sala de cine, creo que van a ser los únicos momentos que le cuente a mis nietos. Si no iba a cine y tenía entradas gratis, no hacía nada, los domingos cada 15 días para mi eran de cine infantil, cien por ciento. La última película que logre ver en el palacio oxidado donde transmiten películas y a la salida hay mucha gente vendiendo las fotos de la película o vendiendo afiches o gafas o… fue Stuart Little, como te extraño teatro San Fernando, con la entrada oliendo a crispetas recién hechas. Prefiero mil veces ir y sentarme en esas cillas dañadas a ver una película, que ir i verla en Cine Colombia (Cualquiera va a decir que estoy loca)

Retomando, un día, mi mama me enseño a editar vídeos y fue desde ese momento en el que de verdad sentí una vocación más allá de la antropología que toda mi vida he querido estudiar, lo mío es editar mis productos, mostrarlos y sentir esa vergüenza que me da cuando mis papas o amigos ven mis vídeos. Dirigir mis visiones desde un editor y desde una cámara para sentir que si es probable convertir mi vida en un vídeo, algo “inmortal” que poder ver hasta que me muera. Pero tampoco quiero ser egoísta, también quiero ver los sueños y los sentimientos de otras personas plasmadas en una cinta, en un DVD, en un computador, en la pantalla de cine.

Ya más adelante me veía películas y siempre pensaba en los recursos para poder realizar películas así, pensaba en cómo hacer la sangre falsa, como hacer las máscaras de monstruos, como hicieron para que E.T y Elliot volaran por el cielo y atreves de la luna en una bicicleta, (aunque al ver la imagen en un libro, pensé que era caperucita roja volando con las tortas de la abuela por el cielo). Como hacer una película con ese mundo de puntitos blancos y con peleas en el espacio, como hacer para que de verdad unas lámparas cortaran gente y ¿esos extraterrestres azules, en verdad eran personas? “Star Wars tu marcaste mi vida”. Aún me hago preguntas similares, pero ya busco solución a esas incógnitas y mira las películas como espectador común, y con el ojo clínico de un cinéfilo. Y este es otro de mis hobbies a la hora del cine.

Ya en los últimos tres años, comencé a jugar a ser directora de mis propias cosas. Comencé a crear animaciones casi todos los fines de semana, y a publicar algunas en YouTube, después decidí escoger esos cortos para participar en un concurso de la Universidad Javeriana que se llama Expreciones Juvenilies, Participe en dos y me gane el ultimo, con un corto que se llama Cambia de Canal, Cambia el Mundo y en el anterior a ese, participe con otro y quedo seleccionado para exposición. Esos momentos fueron muy felices para mí, y tras ese momento, decidí convertir mis sueños en cortos y que lo mío es el cine, y que yo me di cuenta de eso solita, antes de que mi papa y Andrés Reina gritaran en mi grado, llenos de euforia ¡Cine, Cine, Cine… CINE! (Yo también lo gritaba por dentro)

El peor cine sigue siendo Cine a pesar de todo, El cine es sueño, El cine es un sueño artificial el cine es mi sueño, el cine es lo que quiero hacer el resto de mi vida, así no sea desde la Dirección, la producción, una cámara… quiero que el cine siga siendo el sueño de otros que me lo permitan ver en un televisor o en lo que sea.

Una musía que nos llega por medio de los ojos, una música que me llega al alma por medio de los ojos, la sinfonía de planos que quiero ver, por muy largo rato, hasta que me quede ciega o muera.