Perdida en una Melancolía poética, recordé esa noche de fiesta llena de tristeza, cargada de luces y sonidos que perturban la imaginación, poniéndola a funcionar con esos brebajes deliciosos que te ponen creativo y fuera de cabales. Alcohol, mi crema de Whisky…
Caminaba yo por una colina, con sus verdes pastizales mojados, que refrescaban mis cansados pies, con mi mano derecha apadrinando un vaso de cristal a punto de rebozar baylis, y la mano sobrante, sujetando ese vestido formal que dejaba ver los encajes de la liga en mi pierna. Así en ese estado me sumergí en el mágico momento bajo la sombra, bajo la luna.
Analizaba el panorama, ahí estaba ella, tan blanca, tan pura, sublime, lejana, redonda, con esas pecas grises por todo su cuerpo, con esas vecinas tan envidiosas, ahí en el mismo lugar de siempre -Estoy muy agotada- estoy cansada, me siento lesbiana, estoy enamorada de este instante.
Me senté, deje el vaso en un arrullo que me proporcionaron las ancianas ramas de un árbol de mangos, repose mi cuerpo totalmente bajo la luz de mi amada. Mi cuerpo se relajo musculo con musculo, dedo con dedo, sentido a sentido, yo ya estaba en un segundo plano, yo ya era parte del momento.
Caí en un profundo sueño, un sueño real, mis ojos eran los testigos del momento más lúgubre de la naturaleza, todos eran uno, una orgia romántica, una orgia.
¿Es hermoso? ¿No? Ver como las densas nubes danzan alrededor de la luna impulsadas por el viento, Las nubes se tomaban unas a otras, tan livianas, se unen y forman una nueva que a su vez se une con otras y es un ciclo ten erótico al cual se le une el árbol de mangos, que también impulsado por el viento, respira el olor acido y agradable de un mango maduro, tal olor se convierte en la meretriz del agradable olor del jazmín bajo la colina y toman como nido de amor mi nariz, la misma que rozo alguna vez tu mejilla, tu cuello, tu nariz… cada vez que te besaba, pero ahora soy del momento.
Mis ojos se masturbaban viendo esas escenas, mi cuerpo entero se excitaba pero no tenía una ruta satírica... La luna, ella solo miraba, yo me sentía triste, todos teníamos una pareja, Nubes con nubes, jazmín y mangos, sensaciones y recuerdos junto a mí, pero ella, ella estaba sola.
Ya pasando un momento de catarsis, feliz de ver tan magnífica escena del oriente, apareció una gigante mariposa negra, se veía como si ella quisiera llover, venía a paso envidioso, como si quisiera adueñarse de la situación. Poco a poco las pequeñas y débiles nubes dieron paso a la mariposa, esa negra, me robo la inspiración, cubriendo a la dama con su velo negro, negándonos poder verla, el olor del jazmín se esfumo, todo lentamente volvió a la normalidad. Y la mariposa se convirtió en mancha y el brebaje se consumió en mi garganta, las luces se apagaron y es el momento en el que espero una nueva orgia y la oportunidad de ver a mi amada una vez más, y decirle ¡Te Amo!
