Antes de comenzar con mi narración, no quiero ser repetitiva, mi historia es muy similar a la de muchos idiotas que se dejan joder la vida por otros, muchas personas han escuchado historias que abarca el sufrimiento humano por culpa de sus amistades, pero esta historia, irrelevante para muchos y nefasta para otros, para estas personas… para estas personas, el preámbulo a la muerte, El apocalipsis
Todo comenzó una mañana, una de esas mañanas frías, cálidas para personas como el y yo. Todo el cielo estaba gris, el cielo y nuestras almas compartían ese sonido, ese sonido de las miles de gotas de agua cayendo en algún tejado de metal, ese sonido peculiar que produce el agua cuando cae al pavimento, golpeando con tal fuerza, que se ve cono las gotas rebotan ¿o es granizo?, bueno, con esa fuerza. Los dos concentrados, mirando un punto fijo, cigarrillo en mano y la historia mas perturbarte de nuestras vidas, eso sumado al hecho de estar mojados, totalmente empapados debajo de ese pino que no nos cubría para nada de la lluvia
-Mi amor, como es que de un momento a otro, lo perdí todo
-Me tienes a mi – Dije yo con lagrimas en mis ojos, lagrimas que no se nota, que son invisibles, pues la lluvia me ayuda a ocultarlas, pero la lluvia no ocultaría las de mi corazón
-Pero él era lo que mas valoraba, todo podría tener un segundo plano, pero él, el era, el era mi mano derecha, porque la única solución es dejarlo ir, indefenso, dejar ir indefenso al ser que es más bello en el mundo, hermoso, tierno, inteligente, honrado y sobre todo el que más he amado en toda mi vida – Dijo el haciéndole competencia a la lluvia
-Dios, yo siempre seré tu mano izquierda, y aunque esta decisión marque nuestra vidas, pero lógicamente mas la tuya, estoy totalmente frenada, mis ideas se van, he sufrido por amigos también, he perdido ángeles, he perdido sentido de la vida en muchas ocasiones, pero sé que esta experiencia no se compara con todas las mas dolorosas mías juntas, eso no, jamás.
Que podía yo hacer, el ser más lindo, noble, inteligente que tenía el se estaba alejando en una carabela, pero él, el estaba en la bahía, viendo como se alejaba, diciendo adiós a todo trecho social y afectivo, pero no tenia de otra, era eso, o hacerlo sufrir más.
Pero mientras ellos tenían esa escena, yo junto a mi amigo en la playa, veía como él se me iba, como su luz interior se perdía, como su alegría, como su vida entera se apagaba, y yo sabía que eso iba a ser irremediable, pero ahí estaba yo, y así el muriera dos segundos después del momento en el que la calavera se hace invisible en el océano, ahí iba a estar yo, ahí, junto a él, porque si el muere, mi muerte seria igual de lenta y dolorosa.
Cuál es el papel que podía yo desempeñar en un momento como estos, cuáles eran las opciones que me permitían salvarle la vida a mi amigo, que debía de decir… ¡No lo sé!
-Me siento nefasta, una caca de hormiga en avión, una libélula sin alas, una niña sin nada que decir, me siento como la nada. Que puedo decirte, que puedo yo hacer, que puedo aconsejarte… necesito saber, no soporto verte así, no soporto verte al borde de la muerte, eres mi amigo, y es una relación en cadena, me duele de verdad me duele mucho.
Que podía yo hacer, su dolor era enorme, y mis palabras son como átomos para poder solucionar el problema, pequeños, certeros, pero insuficientes, que podía hacer, que podía hacer.
¿Qué me aconsejan?, Demonios, Parcas, Dioses, Lechuzas, amigos ¿Qué me aconsejan?
El caso es, ver como un amigo tuyo pierde a la persona que más ama, su ser se desmorona frente a ti, y tu no sientes ni gota del mismo sufrimiento de él, ¿cómo hacerlo mejorar?, ¿como animarle? ¿cómo regresarle la felicidad?
-¡Ayuda!
Suena el Requiem aeternam
