Hola!!!

Los amigos están ahí, como pintados en la pared, y cada vez que pasas por ella recuerdas que así como pintaste la amistad en el muro de tu vida, solo basta con la pintura blanca para comenzar de nuevo.
Hay unos amigos tan fuertes que se esculpen en las paredes de tu vida, y hay que invertir tiempo y esfuerzo para poder borrar las cicatrices de su amistad. Hay otros amigos que se tatúan en tu piel, esos son los que siempre estarán ahí, duele borrarlos de la piel y el corazón, esos son los verdaderos amigos.

martes, 16 de agosto de 2011

Reptiles!

Mágicamente salí del papel, comencé a dar mis primeros pasos, como los de un bebe, lentos pero seguros y a pesar de aun estar segado por el carboncillo decidí continuar mi camino. Lentamente abrí mis ojos y vi lo que había a mi alrededor, una gran planta verde con hojas que parecían ponzoñas junto a un cactus que parecía una esfera, la libreta de un tal JOB, un vaso y una botella de vino vacíos, encontré un libro grande y a este comencé a subir; me arriesgue a conocer un mundo nuevo, desde ahí todo parecía diferente y quise conocer más. Encontré un triángulo equilátero negro con un agujero en su base, cuando subí ahí vi otro libro, un libro abierto para que yo lo leyera y conociera, pero estaba muy lejos de mí, yo tenía miedo así que le ignore y continúe caminando por aquel oscuro y negro triangulo. A medida que ascendía mas difícil se tronaba el camino y mi café y acorazado débil cuerpo parecía no poder más, así que saque todas las fuerzas de mi interior y continúe mi desconocido camino. Al llegar a la cima, respire, pensé que todo de aquí en adelante sería más fácil y fue cuando vi mi nuevo reto, un pequeño abismo entre la cima que parecía ser una figura geométrica con base en un pentágono de color plateado y una hielera llena de unas cajas de la cual recuerdo una tenia tallada en su cara el ojo de Horus, volví a respirar, pero esta vez con mucha fuerza y miedo, dude y de mi nariz salió un humo rojizo, estaba enojado, mi camino parecía no llevarme a otro lugar más. Salte y caí en la hielera, pero en medio de la decepción de ver que mi viaje no era tan largo y bonito como esperaba me lance de la hielera a un abismo más grande, para mí ya era la nada, solté una lagrima. De la caída no recuerdo mucho, pero sé que mágicamente regrese al papel y fue ahí cuando volví a ver a mis amigos, unos amigos con los que fui creado, todos parecidos a mí, lo único diferente en nosotros era el color. Solo me queda esperar a que otro de mis amigos mágicamente inicie un nuevo viaje, descubra todo lo que yo descubrí y que pueda recorrer más de lo que yo recorrí en la realidad de un triste poeta.