
Este es un texto dedicado al odio, dedicado a todo lo que más detesto de ti y tus marranadas, y siento que si no lo escribo, nunca lo voy a superar.
La última vez que me viste, me viste llorar, si, de la rabia, tu maldita existencia se supo defender de mis malvadas he inexistentes intenciones, esas mismas inventadas por tu necesidad de llamar la atención, ese deseo de saber que tú quieres que yo lo haga y sabes que no hay necesidad de que yo lo haga. Aun así sabes que es mentira.
La última vez que te hable, te grite, enfrente de un jurado vestido de túnicas negras, flotando en el aire como dos verdugos de la razón no dije nada que no fuera verdad, pero vos, vos solo vivís a costa de tu mundo lleno de mentiras; de ese mundo que no tiene fundamentos, argumentos y bases; ese mundo en el que la gente está de tu lado y todos te aman. La realidad es que te has quedado sola, nadie habla bien de ti y que has dañado tu reputación a punta de lo que tú crees. Es la verdad.
¡Epic Fail! Grita mi alma, mofándose de ti y tus falsos intentos de destruirme, intentaste hundirme en lo más profundo de un calabozo, pero no pudiste llegar sino hasta mi silencio, silencio que me prohíbe mencionar tu nombre, silencio que hace que me retracte de contar toda la verdad. Silencio que me hace caer en cuenta de que tú y tu miserable existencia no vale para nada la pena.
Eres un cáncer, una metástasis incontrolable, una mentira, un orgasmo fingido; eres la peor de las peores cosas que se pueden pensar… y decirte esto hace me de desahogue mentalmente para así, saber que no mereces ni un poquito de atención. Si, you are dead to me